Siempre he sido un soñador, el tiempo no pudo quitarnos la ilusión y las ganas, el coraje. Siempre supe el lugar al que pertenecen mis recuerdos pero quería llegar mas allá, ver cada rincón de esta tierra.

Y aunque había oído historias, a uno siempre le frena la querencia, el costumbrismo, el miedo al cambio. Desde la orilla podía verte allí donde quería llegar, me dijiste una y mil veces lo que debía de hacer, aquello que no debía de hacer, pero uno tiene que probar por si mismo y equivocarse.

Cerré mis ojos, apague los ruidos y tan solo me deje llevar, el agua del mar humedecía mis piernas el viaje había empezado, nada podía frenarme

Y apenas sin esfuerzo sin darme cuenta sentí como podía volar, que mis alas me llevaban hacia ti

Y es que si ti mi Reina, nunca lo hubiera conseguido.
